A pesar de todo, este año ha sido mejor que los últimos. Especialmente que los tres anteriores, que han sido muy malos para el ovino de leche y carne. La leche ha subido, el cordero ha bajado quince céntimos en el precio de las lonjas y la campaña agrícola ha sido buena. Esto último nos beneficia en cuanto a la disponibilidad de forrajes para el ganado.
Con la situación sanitaria hubo un mes en el que lo pasamos muy mal: bajó la demanda y hubo que congelar. Bajaron los precios. Por suerte, aumentó el consumo familiar y nos hemos podido mantener y salir adelante.
Qué va a ser 2021 es una incertidumbre. Todos queremos que la vacuna funcione y se reactive la economía. Esperamos también que reabra la hostelería y que las familias mantengan la actual dinámica de compra. ¡Tenemos que vender!
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